Only one George Jones

Venga, vámonos a Texas. El último estado que visitaremos es el primero que vimos el año pasado. Otro círculo que se cierra.

Dicho y hecho, no tardamos en llegar al límite que separa Lousiana y Texas.


La primera parada, ya tocando Fort Worth y habiendo pasado Dallas, es un outlet. Vamos a gastar lo que no nos quitaron ayer.

Detalle costumbrista de hoy: en la entrada a los lavabos del outlet hay un cartel que recuerda que sirve como refugio en cado de tornados. Venga, va.


Vidal, iba a comprarte este coche por tu cumple, pero es de cambio automático y ... bah, que sólo mola la pintura...


Mientras estamos en una tienda, se nubla el cielo ligeramente. Mientras parpadeamos, llega el apocalipsis. Pensamos que es un tornado, pero nos dicen que un xirimiri Texas size.

Pongo tres vídeos en uno para que veais la progresión.

Con algunas compras hechas, volvemos al coche como si fueramos Noé en el arca salvando un ejemplar de cada cosa que venden. De ahí al motel.

Hemos cogido habitación en un establecimiento de la cadena Motel 6 porque por aquí todo es más caro. Las habitaciones no están mal, aunque no tienen desayuno (visto el de hoy, tampoco importa) ni wifi (por eso vamos con retraso). Preguntamos el precio para conectar los dos móviles a internet y nos debe entender mal, porque nos da una cifra cercana al precio del iphone 12.

Nos vamos a la zona de Sundance Square, que es la parte más modernilla y comercial de Fort Worth. Ya es de noche y las tiendas están cerradas.


Cenamos en Riscky's Barbeque, un local decorado con neones (¡cómo no!) y donde nos atiende un simpático camarero que me recuerda al Machu Pichu de la serie "Aída" y que está emocionado con nosotros porque su madrina es española, aunque no sabe de donde.


Tiene una oferta de "todos los ribs que pueda comer por 13'99$", así que nos pedimos dos hamburguesas. Por joder.


Y, por fin, nos vamos a Stockyards.

Stockyards es la parte más antigua de Fort Worth, donde antiguamos se hacía el intercambio de ganado. Está conservado para el turismo con ese toque vaquero que aquí le damos a cualquier cosa americana. Mañana lo veremos de día, así que no os adelanto mucho más.

Si esta noche venimos, es para quitarnos una espina que tenemos clavada desde el año pasado y que un poco ha sido la chispa que ha encendido este viaje.

Cuando entramos al Billy Bob's el año pasado, el primer día de estar aquí, no había nadie. NADIE. ¿Os he dicho que es el honky tonk (bar de música country con pista de baile) más grande del mundo? Pues era tooooodo para nosotros.

A medida que nos íbamos acercando, no se veía nadie por la calle. Ay, ay, ay... ¡Pero si hoy había concierto!

Y cuando entramos... ¡sí! Un montón de gente bailando con una banda en directo, gente por las barras (tiene un huevo de ellas), jugando al billar, ...


Es tan grande que hay una sala desde la que no se oye la música de fuera, llena de guitarras autografiadas y con neones hasta en el techo, que es tan grande como los locales de allí...





Incluso hay restaurante dentro y puedes comerte una hamburgesa allí mismo.


Pero lo impresionante es la pista de baile. Cuando hablamos de cosas grandes la medida universal son los campos de fútbol, excepto si hablamos de pistas de baile. La medida, en ese caso, es lapistadelTexas. La del Billy Bob's hace unas tres pistas del Texas. Y estaba llena. Unas 30 o 40 parejas bailando continuamente.


¿Recordais la escena del concurso de baile de la película "Grease"? ¿O la escena de baile final en el parque de atracciones? Pues eso es. Esa es la sensación que trasmiten. Es alucinante como bailan, qué vueltas, como hacen caer a la chica al suelo y la sujetan a unos centímetros para luego levantarla y dar más vueltas.


¡Y van cambiando de pareja en cada canción! Si ya es difícil hacerlo con la tuya... No bailan two step, sino triple step, aunque cuando marchabamos estaban bailando linedance con una música muy poco country. Sin rasgarse las vestiduras. Pasándoselo bien. Bailando y bebiendo. Gente joven y no tan joven. Casi todos con botas, algunos sombreros, muchas gorras y las chicas con vestidito corto pero con shorts debajo para las vueltas. El paraíso...


Juan Carlos